Cada 10 años aproximadamente surge una nueva tecnología de comunicaciones móviles -1G, 2G, 3G, 4G, 5G, …- Según GSMA se prevé que la penetración de 5G en Latinoamérica en 2030 será algo más de 50%, sin embargo, llevamos tiempo oyendo hablar de 6G por lo que todo nos hace pensar que esta dinámica se continuará en el tiempo. Una nueva tecnología siempre trae consigo nuevas mejoras y ventajas diferenciadoras respecto a sus predecesoras, pero también implica elevadas inversiones multimillonarias y nuevos retos que en algunos casos afectan a toda la industria Telco.
Uno de estos retos es, sin duda, el de las llamadas de voz. En las tecnologías de nueva generación -4G y 5G- no existen las llamadas de voz como las conocemos hoy en día. La solución, aunque parece sencilla, en la práctica es un poco más compleja de lo que podríamos imaginar. En el caso de 4G esta pasa, por un lado, porque los operadores móviles actualicen su tecnología y desplieguen VoLTE y, por otro, porque haya dispositivos que soporten VoLTE y los abonados renueven su celular, el costo en este caso será determinante para que haya una penetración a nivel masivo.
En la actualidad, en la mayoría de los casos, un abonado que opera en 4G y navega por Internet con total normalidad tiene que pasar a 3G para realizar o recibir una llamada, pero ¿qué pasará cuando se lleve a cabo el apagón de las redes legacy -2G/3G- Debemos encajar todas las piezas y estar preparados.
VoLTE es la tecnología que permite realizar llamadas de voz a través de redes LTE (4G). Esta tecnología aprovecha la infraestructura de datos de alta velocidad de las redes LTE, lo que resulta en una mejor calidad de voz -llamadas de voz en alta definición, más estables y de mejor calidad aún en entornos con muchas interferencias, establecimientos de llamada mucho más rápidos, mejor cobertura, menor consumo de batería…- y en una experiencia general más satisfactoria para los usuarios finales. En un mercado como América Latina, donde la adopción de smartphones y el consumo de datos móviles están en constante crecimiento, VoLTE se presenta como una pieza fundamental para mejorar la calidad y eficiencia de las comunicaciones.
La arquitectura IMS, por su parte, permite la entrega de servicios multimedia sobre redes IP y hace que estos servicios se vuelvan agnósticos al tipo de acceso que tenga el usuario, fijo o móvil. Integrar VoLTE en un entorno IMS hace que los operadores pueden ofrecer una variedad de servicios avanzados, como videollamadas, mensajería multimedia y servicios de comunicación en tiempo real, todo ello a través de una única infraestructura IP. Esta convergencia de servicios fijos y móviles proporciona una mayor flexibilidad y eficiencia en la entrega de servicios de comunicación, al tiempo que simplifica la gestión de la red y reduce los costos operativos para los proveedores de servicios.